El lunes trate de imaginar a la mujer que deseo, después de concentrarme un rato pude esbozar algunos rasgos de su rostro.
Al siguiente día por la tarde al doblar la esquina la encontré; ahí estaba, me había tomado por sorpresa. Era igualita... todo apuntaba a que me invadiera una enorme emoción y alegría. Sin embargo me encontraba con una profunda desilusión y tristeza. El solo hecho de pensar que mi búsqueda de la mujer que deseo había terminado...
... y que fuera tan pronto.
renuncie.
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